La Vida. ¿Una Escuela de Evolución de la Conciencia?

El derecho fundamental de todo ser humano es el de evolucionar. No está obligado a hacerlo, pero es su mejor opción. La evolución de la conciencia es la única tarea que libera al ser humano del sufrimiento. Es una tarea personal, nadie puede forzar a otro a hacerla y nadie puede hacerla por otro. Implica una transformación interior que promueve una transformación del mundo. Nadie mejora su entono si no puede mejorarse a sí mismo.

Puesto que no estamos aquí para cambiar a los demás, nuestra primera asignatura es la de aceptar, incluir, respetar a todos nuestros congéneres, seres Inconclusos, como nosotros, en camino de evolucionar y alcanzar su plenitud. Es el camino que el Maestro Eckhart, filósofo, teólogo católico y místico del siglo XIII, considera como el sendero a través del cual, el espíritu individual regresa al Espíritu universal. Es la ruta mediante la cual la chispa divina retorna al gran fuego cósmico de la cual surgió.

La vida es la gran escuela, que nos permite aprender, trascender nuestra ignorancia, alienación, buscar, recordar nuestra sabiduría primordial para así continuar con nuestro proceso de evolución. La compasión, el amor, la paz y la voluntad, serán facultades necesarias a desarrollar para nuestro regreso a casa.

La mente, es la que nos atrapa y confunde, en tanto la persona se relaciona con lo que decodifica del mundo real. Será través de la voluntad, como facultad del espíritu, el que pueda desarrollar las virtudes necesarias para vivir en plenitud.

El reto: convertirme en un ser humano que se viva desde el espíritu, que esté en el mundo sin ser del mundo. Mientras menos haga depender mi estado interior de mi estado exterior, me adueñaré de mí mismo, será mi liberación.

Si hacemos las mutaciones mentales adecuadas, la sociedad se transformará, de lo contrario, continuaremos a merced de la ambición, la envidia, la competencia, la hipocresía, la codicia, el miedo.

Estamos en esta vida para aprender a ser felices, para aprender de las experiencias de vida, a tomar conciencia de que mis pensamientos construyen mi realidad, a servir, vivir en armonía, amar, y todo ello a partir de mi libertad y responsabilidad.